Cuentan que los soldados persas, en el siglo IV a.C. preparaban sobre sus escudos una masa fina de pan, sobre la que colocaban queso de cabra. La mozzarella la aportarían los lombardos, que se valían de la leche de búfala para prepararla. Pero en la antigua Neópolis, más tarde conocida como Nápoles, apareció lo que llamarían \"focaccia\", que a poco de la llegada del pomodoro lo incorporaría a su preparación. En 1889, Rafaele Espósito instala un establecimiento que se llamaba \"Pizzería di Pietro e basta cosi\". A este hombre sería al que Margarita de Saboya le pidió que le preparara una pizza patriótica para ella y su esposo, el rey Humberto I, que terminaría siendo la base de la pizza de mozzarella, tomate y albahaca, que remedan la bandera italiana. Hoy los argentinos encontramos en la pizza uno de los platos más populares, ya que la comemos con obstinada habitualidad.