Estirar con la ayuda de un palo de amasar cada uno sobre una mesada espolvoreada con harina hasta que queden finitos (2 mm de altura) y de 22 cm de diámetro.
Pinchar la superficie con un tenedor, colocarlos separados sobre una placa limpia y cocinar en un horno precalentado a temperatura media (180°C) hasta que estén apenas dorados, unos 5 minutos aproximadamente.