Uno de los postres argentinos más populares llega a nuestras costas traído por los conquistadores españoles, especialmente los asturianos. La historia cuenta que fueron los árabes los que llevaron a España los ingredientes clave: el arroz y el azúcar. En buena parte de nuestra América se lo come simplemente espolvoreado con canela. Pero, para los argentinos, no comerlo con dulce de leche es casi un pecado. También se puede acompañar con canela espolvoreada.